#ElPerúQueQueremos

No te pierdas la siguiente mesa: "Mujer afroperuana: Identidad, memorias y resistencia"

Conversando con Cecilia Olea, Maribel Arrelucea y Elizabeth Pflucker

Publicado: 2015-06-24

Desde las últimas décadas del siglo pasado las mujeres han fortalecido de modo creciente sus libertades, su participación en la vida colectiva, su protagonismo económico, su inclusión en el mundo del trabajo, y cambiado de modo radical el modo en que el poder se reproduce en el mundo público y doméstico en buena parte de las sociedades.  

Bajo el impulso poderoso del feminismo y los movimientos sociales, los derechos humanos de las mujeres se han positivado en normas internacionales y nacionales y aunque quedan temas de agenda pendientes muy serios, es razonable pensar que incluso aquello más “controversiales” serán, en el mediano plazo, superados.

El enfoque de género se ha consolidado como herramienta básica de la planificación y la gestión estatal, que ahora está obligada a tomar en cuenta el modo diferenciado en que mujeres y varones experimentan los problemas, identifican las necesidades o sufren los impactos de las políticas.

Sin embargo, las mujeres no son iguales. La clase, el estatus, lo étnico-racial nos muestra una diversidad que se suele dejar de ver al celebrar el avance de los derechos de la mujer en abstracto, olvidando que más que de la mujer debemos hablar de las mujeres en plural. Y que el avance de unas puede significar la invisibilidad o incluso el deterioro de las condiciones de vida de otras mujeres (ejemplo: mujeres instruidas, urbanas, que acceden al mercado laboral y que requieren descargar sus responsabilidades domésticas en mujeres de extracción rural, con poca instrucción).

En sociedades postcoloniales como la nuestra, donde el esclavismo fue una realidad dura y compleja, las mujeres afrodescendientes han afrontado formas diferentes de opresión. Aún hoy deben sufrir bajo una aparente igualdad formal, discriminación y una más soterrada pero consistente red de obstáculos institucionales, culturales y mentales que entorpecen la viabilidad de sus planes de vida, empobreciendo sus posibilidades de desarrollo personal.

La resistencia antigua y presente de las mujeres afroperuanas a estas condiciones ¿es un patrimonio de nuestra ciudadanía diversa?, ¿es parte de nuestra memoria como comunidad nacional?, ¿es finalmente una prueba del sufrimiento o un motivo de orgullo desde el cual se puede construir identidad?

Para conversar sobre estos temas estarán con nosotros las investigadoras Cecilia Olea, Maribel Arrelucea y Elizabeth Pflucker, quienes se han preocupado activamente por estos temas a lo largo de los últimos años.

El ingreso a los conversatorios es libre.

Lugar: Instituto de Estudios Peruanos- IEP- (Arnaldo Márquez 2277, Jesús María)

Fecha: Miércoles 1 de julio - 6:30pm

Para mayor información escribir a: todaslassangresperu@cultura.gob.pe

*Se sorteará entre los asistentes el paquete completo de la serie Diversidad Cultural, conformado por los siguientes títulos:

_________________________________________________________________________

Maribel Arrelucea es Magister en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y docente en la Universidad de Lima. Su más reciente publicación es Replanteando la esclavitud, Estudios de etnicidad y género en Lima borbónica (CEDET, 2009). Sus áreas de investigación son la historia social, género y etnicidad.  

Cecilia Olea es investigadora del Centro de la Mujer Flora Tristán, especialista en género y mujer, consultora en temas de planificación del desarrollo.

Elizabeth Pflucker activista e investigadora en temas de discriminación y cultura afroperuana.


Escrito por


Publicado en

Conversatorios "Todas las sangres, un Perú"

Ciclo de conversatorios que irá de junio a diciembre del 2016, en el que se pone en debate la diversidad cultural de nuestro país.